Con este sugerente título nos anuncia Chessbase la última versión de uno de sus buques insignia: Deep Fritz 13. La filosofía que subyace detrás de esta idea no es otra que poder utilizar los ordenadores que otros usuarios hayan puesto a disposición de la nube de Chessbase para analizar partidas y posiciones propias.
Aparentemente, parece una buena idea poner a disposición de otros usuarios los recursos informáticos infrautilizados, mediante un modelo de pago concreto. Desde hace muchos años se ha contemplado la posibilidad de análisis informático distribuido y descentralizado aplicado a problemas con alto índice de consumo de recursos como el ajedrez y, sin duda, esta podría ser una de las primeras piedras.
Sin embargo, son muchas las dudas que asaltan este modelo propuesto por Chessbase, principalmente de tipo legal.
¿Es lícito que un usuario alquile Houdini, Rybka o cualquier otro módulo funcionando en su ordenador, cuando solamente fue licenciado a autorizar dicho software, no para dstribuirlo mediante su venta o alquiler?
¿Cuál es la responsabilidad de Chessbase sobre el hecho anterior por el mero hecho de poner a disposición de los usuarios la tecnlogía necesaria?
¿Está garantizada la privacidad de los análisis?
Hipotéticamente hablando, ¿se puede llegar a ganar dinero con este modelo de negocio, cubriendo costes como el consumo eléctrico, manteimiento del hardware, etc.?
¿Se puede acceder mediante este modelo al todopoderoso y deseado Rybka Cluster?
Poco a poco, iremos desgranando las respuestas a estas preguntas...
Queda abierto el debate.